El monasterio de Sant Cugat me fascina. El rosetón gótico de la fachada principal me transporta a esos años en que la luz era un tesoro. Las vidrieras, el altar y el órgano me gustaron mucho. El claustro es muy relajante y los jardines que envuelven el monasterio le dan ese aire medieval. Al salir del monasterio, nos compramos en una terracita un granizado y una orchata y nos quedamos más fresquitos que un aire acondicionado en el polo norte...
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1 comentario:
Hola Rosaaa! Te he encontrado, jeje!!
Está muy bien el blog, a ver si lo actualizas con tus nuevas aventuras de este verano, no??
Hasta el martes
Tschüs!
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